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#ActivaTuMente

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  • Foto del escritorActivamente Psicología y Coaching Deportivo

Actualizado: 4 oct 2022

¿Qué tal? Estamos terminando el primer mes del año y muy probablemente nos encontremos en alguna de las siguientes situaciones:


  1. El escenario ideal, que con la motivación del año nuevo estemos cumpliendo nuestros objetivos, hasta el momento.

  2. La más probable, que aún no los estemos cumpliendo ya sea porque no hemos ni comenzado o porque ya perdimos el impulso y/o nos desanimamos.


En cualquiera de los casos es conveniente hacer algo, ya sea para mantenernos o para reconducirnos. De hecho, siempre hacemos algo aunque no seamos tan conscientes de ello. Y, la mayoría de las veces, estas acciones no nos llevan a ningún lado porque cuando es necesario reconducirnos nos orientamos hacia el exterior, es decir, evaluamos por qué no lo estamos consiguiendo haciendo referencia algo externo. Por ejemplo: no lo he podido hacer porque no he tenido tiempo o estoy avanzando gracias a que tengo tiempo por ahora...

Y pocas veces dirigimos nuestra atención al interior, a nuestros pensamientos y, la mayoría de las veces, ahí está la respuesta o por lo menos, ahí está lo que depende de nosotros y lo que nos ayudará a comenzar y a mantenernos haciendo lo que queremos hacer.


Para observar el interior es necesario que revisemos nuestros pensamientos. Revisemos uno de los pensamientos que nos ayuda a iniciar el año con mucha ilusión: “Año Nuevo, vida nueva”.

Este pensamiento hace referencia que el comienzo de un nuevo ciclo nos puede conducir a una transformación. Esto es genial porque nos brinda el impulso necesario para imaginarnos en que nos queremos convertir. Sin embargo, puede ser contraproducente porque no nos muestra el camino hacia esa transformación. Por esta razón, es necesario un pensamiento que nos posibilite y nos muestre el camino.


El pensamiento “Año Nuevo, vida nueva” no es la mejor compañía para lograr nuestros objetivos. Si es un pensamiento motivante porque nos invita a imaginar la meta pero, al mismo tiempo, es abrumador porque nos conduce a una imagen mental de un gran cambio, una transformación casi mágica. Nos hace pensar que desde el día uno tenemos que tener una vida muy diferente, con todos los nuevos hábitos/logros que quisiéramos. Por lo tanto, nos puede brindar motivación pero también nos puede paralizar o hacer abandonar ante las primeras dificultades.


Para transformar este pensamiento por otro que nos brinde más posibilidades . Te comparto la siguiente idea:

“No se trata de comenzar a lo grande sino de terminar a lo grande”.
– Guy Kawasaki

Nos ayudará porque, a diferencia del primer pensamiento que nos evoca una transformación casi mágica, esta idea de Kawasaki pone énfasis en el proceso. Nos hace ver que al comienzo no es necesario ser el producto final de nuestras metas, eso es imposible. La idea es comenzar y comenzar con pequeños cambios para que al final la suma, de estos pequeños cambios, terminen en la Gran Transformación.

Así qué sí por alguna razón no llevamos la transformación esperada hay que darnos cuenta que aún nos queda mucho tiempo y podemos seguir en el camino de nuestros objetivos para terminar a lo grande.


Te invito a que lo utilices como un «guión mental» y cuando te enfrentes a una dificultad recuerdes que puedes iniciar en pequeño, puedes comenzar con errores y poco a poco irlos superando, hasta terminar a lo grande.


Recuerda es un proceso en el cual nos encontraremos con muchas dificultades y esas dificultades las iremos superando revisando adentro, nuestros pensamientos, lo que nos decimos a nosotros mismos.



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