

Estímulos que moldean la mente
Por Arturo Velasco
Ritual silencioso: «las lecturas» diarias. No sabemos si todas las leen, pero sí notamos su efecto indirecto: la enseñanza del compromiso sin esperar nada a cambio.
Es una siembra invisible que cosecharemos en forma de cultura implacable. Algo parecido hice con un gesto mínimo: cambié la foto de pantalla de mi celular por una imagen que me hace sonreír.

Puede sonar trivial, pero no lo es. Revisamos el teléfono unas 150 veces al día;
pasamos unas 3 horas mirándolo, es decir, el 12% de nuestro día. Ese tiempo no es neutro: cada
estímulo moldea nuestro estado de ánimo. Mi consejo es simple: cuida lo que ves, elige lo que te
inspira.
También lo viví en lo personal: unas vacaciones exprés en Mineral del Chico junto a mi esposa —entre escaladas, caminatas por el bosque y conversaciones profundas— y preparar una pasta carbonara que terminó siendo alimento para el alma. Una pausa espectacular que funcionó como un descanso en medio de un partido bajo un calor extenuante.










